
contribuye al origen de la vida en la Tierra, creando condiciones químicas que favorecieron la formación de ácidos nucleicos, los agentes de la lumiscencia…
Mas tarde la Luz generó fotosíntesis, el proceso por el cual el carbón se combina con agua para producir carbohidratos, incluido azúcar, la base de la cadena alimenticia para el reino animal.
Cuando el sol brilla,
las plantas verdes descomponen el agua para obtener electrones y protones, utilizar esas partículas para convertir el dióxido de carbono en glucosa y desprender oxígeno como producto residual.
Por eso los nativos prehistóricos adoraban al Sol (Catión +) como el Padre Celestial que a diario con sus rayos cósmicos preña a la Madre Tierra (Anión —), y que en el hemisferio Norte florece (resucita) en cada Primavera tres meses después…
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